La crítica de Monegal: Ni las lágrimas de Revilla logran evitar que se hundan

Comienza el veraneo de agosto. Concluye la temporada televisiva. Las cadenas parchean la programación como pueden. Como resumen de temporada del gran telehipódromo estatal la única noticia elevable a categoría es que el hundimiento de Telecinco se consolida. El enfrentamiento entre el presidente Borja Prado y el consejero delegado Alessandro Salem parece que continúa.

En una estructura piramidal, si la cúspide está en guerra provoca desbarajuste en todo lo que por debajo pulula. Para llenar las noches del guillotinado ‘Deluxe’ acaban de estrenar una amalgama titulada ‘La última noche’. No han llegado ni a 600.000 espectadores. Otro fracasito. Suma y sigue. Llamaron a Miguel Ángel Revilla, criatura que siempre levanta las audiencias, pero ni provocándole la emoción y las lágrimas han conseguido nada en absoluto. No se merecía Revilla que ahora que ha concluido su carrera política la tele le haga la misa de réquiem al estilo ‘telecinque’. Le tuvieron en el plató casi dos horas seguidas. Le iban preguntando cosas íntimas para emocionarle, para que sus ojos se anegaran de líquido, y al mismo tiempo le iban interrumpiendo para promocionar la llegada de la ‘ratomaquia Gran Hermano Vip’ y otros ‘sketches’ de birria. Espero que alguna otra cadena le haga justicia televisiva a Revilla. No parece lo más conveniente que le entreviste la misma presentadora (Sandra Barneda) que hace cuatro días se dedicaba a contabilizar los cuernos de ‘La isla de las tentaciones’, el festival cornúpeta del Caribe.

De las ‘matinées’ televisivas el gran suceso de la temporada lo ha protagonizado Alfons Arús (La Sexta). Ha derrotado a la ex-reina de las mañanas Ana Rosa Quintana, y por supuesto al ‘Espejo público’ de Susanna Griso. La fórmula del entretenimiento ‘Aruser@s’ se ha instituido como la preferida del público. En lo que atañe a programas y tertulias sobre política, incluso antes de que llegue septiembre, ya se advierten –en zonas autointituladas ‘progresistas’– virtuosos esfuerzos por construir un relato novedoso sobre Waterloo. ¡Ah! La carambola electoral está forzando enfoques televisivos muy entretenidos, imposibles de imaginar hace solo 20 días. Advierte el refranero, y los clásicos del siglo XVI, que «El hambre despierta el ingenio». Eso es exactamente lo que ocurre. Les deseo a ustedes un agosto lo más soportable posible.

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