Seguramente, uno de los desafíos científicos más ambiciosos y complejos es dar con una vacuna que evite una enfermedad como el cáncer que es, en realidad, muchas enfermedades distintas. Solo en América Latina, cada año hay más de 1,4 millones de nuevos casos, alcanzando unas 670 mil muertes, lo cual confirma su prevalencia detrás de la enfermedad cardíaca. Lamentablemente, el 70% de las muertes por esta causa en el mundo tiene lugar en países de ingresos bajos y medios.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) difundió el impacto de esta enfermedad en hombres y mujeres en el continente. En ellos, predomina el cáncer de pulmón (11,7%), colorrectal (10,2%), de próstata (8,6%) y de vejiga (5,9%); mientras que en mujeres el de mama (30,7%), pulmón (10,3%), colorrectal (9,6%) y uterino (6,4%).
Los expertos destacan la progresiva cronicidad de algunos tipos de cáncer gracias a los adelantos en su diagnóstico y tratamiento, capaces también de reducir el riesgo de recaídas. En el Reino Unido, un equipo de la Universidad de Oxford avanzó con un análisis de sangre que serviría para detectar 50 tipos de cáncer. En el reciente congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, realizado en Chicago – conocido como el Mundial del Cáncer– se presentaron los resultados de un ensayo del Servicio Nacional de Salud sobre 5000 personas que habían consultado por registrar algún síntoma sospechoso. El 75% de los que dieron positivo en el análisis de sangre tenían cáncer y en el 85% de los casos positivos también se identificó el lugar original de la afección. El test se revelaría capaz de detectar tempranamente cánceres con alta mortalidad, como los de hígado, páncreas y esófago contribuyendo a salvar vidas.
Las células que construyen nuestra inmunidad innata son también las que activan la puesta en marcha de la llamada inmunidad adaptativa mediante los linfocitos B y los T. Son las células dendríticas las que activan a los linfocitos T, indicándoles dónde dirigirse para dar batalla a la enfermedad y cómo hacerlo. Mientras los tradicionales tratamientos de quimioterapia y radioterapia fueron diseñados para atacar a las células cancerosas, destruyendo a su vez a otras por falta de precisión, la inmunoterapia oncológica moviliza la propia respuesta defensiva de manera dirigida y menos invasiva. Es por ello que, utilizado en la Argentina desde 2016, este abordaje terapéutico demuestra ser una herramienta cada día más revolucionaria. La combinación de terapias clásicas como cirugía, radio y quimioterapia, con inmunoterapia, terapias génicas y celulares, multiplica las posibilidades de mejorar la calidad de vida y ampliar la sobrevida.
Desde hace más de un siglo que el cáncer no fue atacado por nuestras defensas, como ocurrió con otras enfermedades. Hasta que en los últimos años se conocieron varias causas de este hecho. Fue así que en 2013 la revista científica Science dijo: “La inmunoterapia oncológica es una forma diferente de tratar el cáncer, pues estimula nuestro sistema inmunológico, por lo que los oncólogos afirman que se ha dado vuelta la hoja y ya no habrá regreso”.
En las valiosas usinas de trabajo científico local se anunció que comenzarán a probar en ratones una vacuna, con la esperanza de que sirva para frenar y aniquilar un tumor. En lugar de inocular el antígeno – esto es el pedacito del tumor para que se despierte la respuesta inmune–, por una nueva vía se logró desarrollar células dendríticas, alimentadas previamente in vitro con dicho antígeno, y robustecidas fuertemente en su funcionalidad. Los prestigiosos y mundialmente reconocidos Jorge Geffner y Gabriel Rabinovich, junto con los científicos Tomás Dalotto Moreno y Fernando Erra Díaz, integran el equipo que pudo crear células dendríticas antitumorales mucho más potentes, que pronto serán ensayadas in vivo.
El equipo de José Mordoh, con apoyo del Conicet y del programa Cáncer con Ciencia, de la Fundación Sales, desarrolló una vacuna terapéutica contra el melanoma, aprobada por la Anmat en julio de 2021, que podrá utilizarse en unos meses, cuyo objetivo es entrenar a las células inmunes para reconocer y eliminar el tumor. La vacuna demostró alta eficacia en ensayos clínicos con pacientes, realizados en el país. Mordoh trabaja en células dendríticas desde 2002. En la Argentina, entre 1200 y 1500 casos de melanoma –el más grave cáncer de piel– producen unas 600 muertes al año.
También recibió reciente aprobación en nuestro país la droga Encorafenib para el tratamiento de cáncer colorrectal metastásico y melanoma avanzado. El ritmo de aprobación de medicamentos contra distintos tipos de cáncer es sorprendente.
Dedicar mayores recursos a la investigación abrirá nuevas y esperanzadoras alternativas, favoreciendo que las terapias masivas vayan dejando paso a otras personalizadas para cada paciente. Los pronósticos estiman que los casos de cáncer aumenten un 78% para 2040, estimándose que habrá 29,5 millones de nuevos casos al año. Entre un tercio y la mitad de ellos podrían prevenirse reduciendo los factores de riesgo, como el consumo de tabaco y de alcohol, la alimentación poco saludable y la falta de ejercicio físico. Sensibilizar y educar sobre el cáncer es tan importante como continuar invirtiendo en investigación. Más de la mitad de los cánceres debidamente tratados pueden mantener crónica la patología.