Yolanda Díaz intenta aglutinar todas las peticiones de los partidos integrados en Sumar y tener una única voz en las negociaciones de Gobierno. En los últimos días, algunas formaciones como Compromís o Podemos se han desmarcado de la dirigente y han pedido negociar de tú a tú con el partido de Pedro Sánchez a cambio del apoyo a su investidura, una situación que la vicepresidenta en funciones ha tratado de revertir tratando de centralizar las distintas propuestas y vehicularlas a través de su equipo negociador.
El PSOE pidió a Díaz un solo intelocutor en las negociaciones para conformar la coalición, con el objetivo de evitar la situación que ya se produjo en la anterior legislatura, donde las tensiones entre las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, y la vicepresidenta segunda llevaron a Moncloa a tener que negociar a tres bandas los asuntos de Gobierno. Los socialistas quieren ver garantizado el apoyo de los 31 diputados de Sumar de manera íntegra, rechazando las negociaciones paralelas que ya han pedido abiertamente desde el partido morado y desde Compromís.
Voz propia
Podemos fue el primero en advertir de que haría valer el peso de sus cinco diputados en el Congreso por ser “imprescindibles” -en palabras de Pablo Iglesias- y que responderían a las decisiones del partido, y no a las de Yolanda Díaz. Más tarde fue la secretaria general morada quien defendió que Podemos debía seguir siendo el “motor ideológico” en el grupo parlamentario y en el Gobierno de coalición, pidiendo así representación en el Consejo de Ministros. Poco después, Pablo Echenique, miembro de la ejecutiva del partido, desvinculó a Podemos de la hoja de ruta de Sumar, avanzando que el partido ejercería su “autonomía política”.
Después llegó Compromís, que exigió la condonación de deuda de la Comunidad Valenciana y la reforma de la financiación autonómica como condiciones para dar su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez. Desde el partido valenciano admiten abiertamente su intención de establecer una “negociación bilateral” con el PSOE y se niegan a delegar estas conversaciones en Yolanda Díaz.
Equipo negociador
La líder de Sumar designó la semana pasada a su equipo negociador, formado por personas de su total confianza y coordinado por Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales en funciones y miembro de Podemos. La incorporación de Álvarez fue muy meditada por Yolanda Díaz, que buscó situar en primera línea a cuadros morados para legitimarse frente a las críticas del partido, tal como avanzó este medio. Ahora es este dirigente quien lidera las negociaciones con el PSOE.
La línea está abierta, aunque ambas partes apelan a la discreción para llevar a buen puerto las conversaciones. La interlocución, además, viene facilitada por la buena relación que ya se forjó en la anterior legislatura, donde el portavoz económico de Sumar colaboró estrechamente con algunos ministros socialistas en asuntos como la negociación presupuestaria, donde trató con María Jesús Montero, ministra de Hacienda ahora en funciones y una de las dirigentes que lleva las riendas de la negociación por la parte socialista.
“Prioridades políticas”
Desde la semana pasada, el equipo de Sumar ha pedido a las formaciones integradas en la coalición que le trasladen sus “prioridades políticas”, es decir, las propuestas de su programa electoral a las que dan más peso y quieren hacer valer en las negociaciones con el PSOE. Los de Yolanda Díaz solicitaron a las distintas formaciones trasladar sus posiciones, dándoles de plazo hasta el pasado lunes, cuando debían organizarse todas las medidas puestas sobre la mesa para comenzar a encauzar las conversaciones con el ala socialista.
El grupo parlamentario de Sumar en el Congreso está formado por diez diputados de Yolanda Díaz, cinco de IU, cinco de Podemos, cinco de los comuns, dos de Más Madrid, dos de Compromís y uno de la Chunta Aragonesista y Mès per Mallorca, respectivamente. En algunos casos, como el partido de Alberto Garzón o de Ada Colau, los programas se coordinaron desde el principio y han delegado completamente las negociaciones en la líder gallega. Pero en otros casos, como Más Madrid, Chunta o Mès, han lanzado peticiones concretas al equipo de Sumar. Este medio no tiene constancia de que Podemos y Compromís, los dos actores díscolos dentro de la coalición, atendieran a la petición de Yolanda Díaz para centralizar las negociaciones.
Vivienda y financiación
En el caso de Más Madrid, la prioridad está clara: reforzar la sanidad pública y abordar el problema de la vivienda. Una de las principales exigencias consiste en una reforma de la Ley de Vivienda aprobada la pasada legislatura para que el Gobierno central pueda declarar zonas de mercado tensionado sin depender del visto bueno de las comunidades autónomas. Una exigencia que busca implantar los topes a los precios del alquiler que ha vetado Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, al negarse a aplicar esta norma de ámbito estatal.
En el caso de Chunta, también se ha trasladado un programa marco aragonesista que ya se coordinó durante la campaña electoral, y donde han puesto especial acento en el aumento de la financiación autonómica para Aragón y la ampliación del autogobierno, con el desarrollo del Estatuto de Autonomía, la ampliación de competencias, suscribir un “concierto económico” y “el reconocimiento de la deuda histórica”.
En esta línea van también las peticiones de Més, que ha reclamado “avanzar hacia un modelo de financiación similar al concierto económico del País Vasco”, para que Islas Baleares puedan “recaudar y gestionar los impuestos de la ciudadanía isleña y poner fin al expolio fiscal”. En este sentido, piden desarrollar un régimen fiscal especial para las Islas Belares; un elemento que ya se aprobó dentro de los últimos Presupuestos Generales del Estado pero que está todavía por concretar.