Los solicitantes de asilo que cruzan la frontera a Estados Unidos tienen como prioridad encontrar una mejor realidad que la que enfrentan en sus países de origen. Para ello se establecen en ciudades que les brindan garantías. En el último año, más de 100 mil personas arribaron a Nueva York, una metrópoli que cada vez cuenta con menos recursos para sobrellevar la carga económica y logística de ser una ‘ciudad santuario’. Para los recién llegados la vida tampoco es fácil porque se enfrentan a la imposibilidad de pedir trabajo hasta recibir su permiso. En el caso de las madres con niños pequeños, la situación empeora ante la incertidumbre por la comida y demás.
Tres mujeres que viven en los refugios compartieron con CBS News que los alimentos que reciben no son buenos y que se basan principalmente en pasta y ensalada, lo cual no es apropiado para los niños. Ahora, con mil migrantes llegando por día, el sistema de albergues está desbordado y los recursos escasean. Atenderlos le cuesta a la urbe unos 10 millones de dólares cada día, de acuerdo con el presidente del distrito de Manhattan, Mark Levine.
A pesar de los esfuerzos de organizaciones y activistas para dar prestaciones alimentarias, algunos representantes sugieren que esto no es suficiente y piden más recursos federales para poder sobrellevar la crisis. Joel Berg, CEO de Hunger Free America, declaró al respecto: “Estas maravillosas organizaciones benéficas están haciendo un trabajo increíble y necesitan todos los recursos que puedan conseguir, pero realmente no debemos pasar por alto la necesidad de maximizar el uso de los recursos federales”
Los recién llegados pueden volverse beneficiarios del programa Women, Infants and Children (mujeres, bebés y niños), que proporciona a mujeres embarazadas y cuidadores de menores una tarjeta de débito para comprar alimentos, como leche de fórmula. Si bien los refugios dan alimento a las familias, las opciones no siempre son las ideales y dependen de si logran o no pasar la noche ahí.
Una mujer contó a CBS News que hubo un problema para procesar los documentos de su familia y necesitó hacer el trámite de nuevo. Ese día durmió en la calle con su hijo pequeño, sin comida y otros artículos que usualmente le daba el refugio. Por lo tanto, los programas federales, señanal los activistas, pueden ayudar a que menos personas pasen por situaciones como esta. El presidente del Distrito de Manhattan agregó: “Todo el mundo se está movilizando en Nueva York. Es realmente inspirador, pero cada vez es más difícil. Las cifras abruman incluso al sector sin ánimo de lucro”.
Otro de los grandes problemas de los migrantes en Nueva York: la falta de trabajo
Asimismo, encontrar trabajo se ha vuelto una tarea difícil para los recién llegados, con casos de explotación, robo de salarios y condiciones deplorables. “No te dan permiso de trabajar, así que te ves obligado a tomar cualquier cosa”, declaró un hombre venezolano de 29 años a Politico. Según compartió, en algunos empleos informales le pagaron US$100 por una jornada de 16 horas, la mitad del salario mínimo en el estado.
La cifra récord que Nueva York está por alcanzar por la crisis migratoria
Funcionarios como el alcalde de Nueva York, Erick Adams, y la gobernadora, Kathy Hochul, ambos demócratas, señalan que la falta de permisos para trabajar crea un problema insostenible. Además, instan al presidente de EE.UU., Joe Biden, a despejar el camino para que los migrantes pueden incorporarse a la vida laboral. En entrevistas al medio citado, los solicitantes de asilo compartieron que no tenían idea de lo difícil que sería obtener permisos de trabajo una vez que llegaran a Nueva York, luego de travesías complejas para salir de sus países de origen.