Su guitarra tiene casi las mismas dimensiones que él, pero la toma con firmeza y seguridad. Mueve los dedos sobre las cuerdas y acompaña la música con su cautivante voz. Mira a su amigo y espera que continúe con la letra de la canción. Sin saberlo, protagonizaron uno de los momentos más tiernos y emocionante que se vio en las redes sociales en las últimas semanas. Felipe y Santiago tienen 8 años y muy en claro qué es la amistad y la pasión por lo que tanto les gusta. “Nunca pensé que iba a ser viral”, aseguró en diálogo con LA NACION, Ivana, la mamá del primero, y quien grabó el momento.
Felipe tiene 8 años y desde hace más dos ya muestra su impronta en el escenario: lleva al folckore en su corazón y lo transmite con su voz. Cuando tenía tres años recibió un regalo muy especial que -sin esperarlo- marcó su camino. Su abuela Ramona le obsequió una guitarra y en ese instante se dio una conexión única. Cuando terminó el jardín de infantes, comenzó en un taller de música para niños.
“En las clases conoció qué es el folklore y hasta el día de hoy sigue con ese estilo, no quiere cantar otra cosa”, relató Ivana, su mamá, quien remarcó que esta faceta musical de su hijo la sorprendió por completo tanto a ella como a Juan José, el papá, ya que asegura que en su hogar no se respiraba un ambiente musical. Pese a eso, su hijo expandió su pasión entre quienes lo rodean y acompañan incondicionalmente en cada peña o actos escolares y los conmueve con su arte.
La mujer fue quien, una tarde cualquiera, grabó a su hijo y a su amigo, Santiago, también de 8 años, cuando volvieron de la escuela e improvisaron un verdadero show en el living de la casa. Mientras el primero tocaba la guitarra y cantaba, el segundo se acopló rápidamente. Así, crearon una versión que no tardó en llegar a miles de corazones a través de Instagram. Desde Teodelina, provincia de Santa Fe, cruzaron las fronteras.
“Es lo que más les gusta hacer a los dos. Los vi y dije ‘¡qué lindo esto de que lo esperó bastante para que le salga la palabra!”, describió la mujer sobre la filmación que muchos en redes sociales tomaron como un verdadero gesto de inclusión, dado que Santi tiene una discapacidad motora.
Amigos desde primer grado, cada vez que salen de la escuela, además de juntarse a jugar, comparten su pasión por la música. Tal fue la repercusión del video que comenzaron a llegarles invitaciones para que hagan presentaciones juntos: “Lejos está de ser una obligación, si no que es lo hacen cuando ambos quieren y pueden”, aseguró Ivana. Mientras tanto, el living de la casa es su escenario más frecuente.
La repercusión del video fue para ellos -y para sus familias- un gran mimo, ya que referentes de la música le dejaron su mensaje. Una de ellas fue Soledad Pastorutti, que se mostró conmovida no solo por la faceta artística de los pequeños, sino también por la humana. A ella se sumaron los miembros del icónico grupo Los Carabajal, insignias del folcklore y otros famosos.
La música en la infancia: alegría y dedicación
En ocasiones, en las presentaciones, Ivana no puede contener la emoción y las lágrimas recorren su rostro. Desde el escenario, Feli la observa y le pregunta por qué llora. Ella admite que la respuesta no es tan sencilla, porque la mezcla de sentimientos que la abordan no se puede traducir en palabras.
“Es como que nadie se imaginaba de la familia que íbamos a tener un hijo cantante. Al verlo estamos sorprendidos, fascinados por él. Es una emoción ver tanto esfuerzo y sacrificio que uno hace para que él haga lo que le gusta. Cuando lo vemos arriba un escenario es una gran felicidad”, sostuvo.
Hoy Feli elige la guitarra y poner su voz para transmitir la pasión que le genera la música. Su diversión, quizás a diferencia de otros niños, incide en la toma de clases para perfeccionarse y es su responsabilidad y dedicación es la que emociona a Ivana. Pero, no solo la vida del niño tomó este camino, sino la de toda su familia, que se adentró en el mundo del folckore.
Los papás del pequeño artista lo ayudan a seleccionar los temas que va a interpretar, mientras él estudia las letras, busca los significados y analiza si es lo que quiere transmitir, ya que es un punto muy importante para el show. Al ser tan chico, son ellos quienes le manejan las redes sociales y eligen qué contenido mostrar.
“No es que andamos todo el tiempo buscando o diciendo ‘quiero que mi hijo cante acá o allá’. La gente lo conoce y nos llaman. Nosotros hacemos toda la selección, él no tiene manager”, detalló la madre sobre cómo surgen las presentaciones. Generalmente, se dan en sitios que ellos conocen.
Hoy todos tienen en claro en su casa que su tiempo lo dedica a la música.“Si quiere cantar lo hace, si no, no. Es su decisión”, remarcó y de esta manera dejó en claro que la prioridad es que su hijo haga lo que le gusta y si bien hoy es la música, en el futuro, puede ser otra actividad.
Actualmente, Felipe quiere dar un paso más y piensa en lanzar su propia canción. Hace poco se lo contó a su mamá y ella, sin dudarlo, tomó un lápiz y una hoja y escribió lo que le dictó. Así tomó forma el tema que, algún día, sueña grabar.
El sueño del pequeño cantor
“Mi primer sueño ya lo cumplí, que fue el de ir a la fiesta de la abuela Carabajal”, contó con cierta timidez Felipe en diálogo con LA NACION. El segundo es tocar Festival Nacional de Folklore de Cosquín, uno de los más importantes de la industria, que supo acunar a Mercedes Sosa, La Sole, Abel Pintos y Los Nocheros, y cientos de artistas de renombre de la escena nacional.
Con la convicción de que “nada es imposible”, frase que suele repetir, Feli se muestra esperanzado en que en algún momento podrá cumplir este anhelo. “Queremos que disfrute. Si se dan las cosas bienvenidas, vamos a estar todos felices, y si no se dan vamos a estar felices igual”, afirmaó Ivana positiva por el futuro.
Detrás del video viral que logró conmocionar a miles de personas, se encuentran dos familias que día a día buscan que sus hijos sean felices y disfruten de cada momento que viven, en su infancia, que con música alegran sus días y la de muchas personas.