SANTIAGO DE CHILE.- Macarena Ceballos es un cúmulo de emociones en la zona mixta del Centro Acuático del Estadio Nacional de Santiago 2023. Después de darle a la Argentina la primera medalla de natación en estos Juegos Panamericanos, la de bronce en los 100 metros pecho, su especialidad, se para para atender los requerimiento de la prensa y suelta todo lo que siente. Hace cuatro años, en la cita de Lima 2019 no la pasó bien. No tuvo ni el rendimiento ni los resultados que quería y tiempo después, hasta se replanteó qué hacer. A los 28 años es hoy una de las referentes del equipo argentino, dice que la eligieron capitana aunque no se siente así y ya está clasificada, con marca A, a los próximos Juegos Olímpicos París 2024. Está madura, pero también se siente como una nena, porque dice que mantiene la energía de querer levantarse temprano cada día para entrenarse, pese a que hay algunos en los que llora en el agua. Compensa y equilibra presiones con una filosofía: vivir. “¿Qué hago? Vivo, vivo”, le dice a LA NACIÓN después de suspirar profundo. Son esos instantes en los que parece que todo se redimensiona.
“Mi papá y mis hermanas, después mis primos, mis abuelos y mis tíos”, en ellos se apoyaba cuando no sabía cómo seguir. Entre aquella desazón de Lima y este presente que se configura como uno de los mejores años de su carrera, Macarena también se operó el hombro. Con la implicancia que esa decisión podía tener en ella. Al fin fue buena y por eso, tiempo después de empezar a practicar de nuevo y sin presiones, la pasión le volvió a emerger, casi naturalmente. “Me quedaba ese algo externo que no sé si venía de más arriba o si era mío. Seguí. Y a veces agradezco haber escuchado eso. En lo deportivo sentía que formaba un equipo, siempre me apoyaba en eso para seguir”, cuenta la cordobesa. Y agrega: “Muchos de los chicos que están acá estuvieron en Lima y son un apoyo muy importante, ya se los dije en el Mundial (de Fukuoka) a Guido (Buscaglia) y a Fede (Ludueña), yo seguí por ellos, mis logros son también por ellos, los conozco desde 2009. Corro sola pero si no los tuviera diciéndome ‘dale, seguí, seguí’, no hubiese seguido.
Apenas un rato después de subirse al podio en los 100 pecho, Macarena Ceballos integró la posta de 4×100 libre junto a Andrea Berrino, Lucía Gauna y Guillermina Ruggiero y aunque terminaron sextas, muy lejos de las ganadoras, de Estados Unidos, Brasil y México, tuvieron un ida y vuelta permanente con los demás nadadores del equipo que ya se ubicaban en las tribunas después de competir. El espíritu de equipo, en Santiago 2023, estuvo a la vista en esta primera jornada de la natación. Y Ceballos, explica por qué pasa: “Por ahí, los de la camada “vieja” somos muy amigos, seguimos en contacto y tratamos de transmitirle a los más chicos que no hay diferencias, que la selección sigue siendo un grupo en el que si te va mal o bien podés confiar en los amigos que tenés acá. O hasta en alguno que no conocés, darle un abrazo al que lo necesite”.
Para llegar a este punto de inflexión en el que la exigencia no desaparece pero se mastica mejor, Macarena vuelve a insistir con que la operación fue el paso adelante: “La operación fue fundamental y entender que estoy al 100% y empezar a trabajar con eso, construir más y más. Yo, con lo de la clasificación olímpica sabía que este era un torneazo para mí pero no el fin del mundo, así que creo que eso me quitó presión”, se sincera.
Pese a ello, el bronce le “dolió”. “Cuando terminó la carrera (de los 100 pecho) lo miré a Gustavo, mi entrenador, que se dio vuelta. Entonces yo ya sabía que él no estaba tan conforme, entonces me di vuelta y me fui. Pero Tengo una medalla panamericana”, señala. Y analiza el rendimiento: “Soy muy autoexigente en cuanto a tiempos, el tiempo no fue bueno, pero es un torneo en el que por ahí lo que suman son las medallas y estoy súper feliz por eso”. Aunque una cosa no le quita la otra: “No te voy a mentir, vine a ganar”.
“Vivo, vivo”, dice después de ese suspiro profundo. También lo valora, porque a veces ese objetivo se pierde de vista e impacta en la mente: “Después del Mundial sabía que tenía que sumar un 1% para llegar a donde yo quiero llegar y me cebaron de más y sumé un 10% y tuve dos o tres semanas en las que estuve recontra estresada porque no me daba el tiempo para los entrenamientos, sumé horas, tenía que ir a cursar y estaba colapsada. Pero sé que todo es por un sueño, los Juegos Olímpicos”.
“MI PRIMERA MEDALLA PANAMERICANA TIENE UN SABOR ESPECIAL” 🗣
Macarena Ceballos habló tras la obtención de la presea de bronce en los 100m de pecho femenino y se mostró conforme con su actuación.
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— TyC Sports (@TyCSports) October 21, 2023
Cuando se está afuera y se vuelve, tal vez hay cosas que se valoran más. Le pasa a muchos atletas, ellos mismo lo expresan y en ese sentir va también el agradecimiento. Para Ceballos, es algo así: “Puedo entrenarme y realmente disfrutar del entrenamiento, no la paso mal para nada. Bueno, sí, la paso mal: sufro pero no del dolor que sufría antes en el hombro, por ejemplo. Veo a los más chicos que a veces se quejan, yo disfruto de levantarme temprano para ir a entrenarme. A veces lloro de dolor, pero salgo del agua y estoy bien, aunque hace dos minutos estaba llorando. Realmente hoy disfruto de esto, mi mejor momento físico, anímico y demás”, relata la cordobesa que llegó a Santiago 2023 cumplimentando una gran temporada y siendo quizás la más destacada de la delegación nacional en esta disciplina. Sin embargo, pese a que sus compañeros la eligieron como capitana ella dice no estar en ese lugar, pero acepta que se lo quieran dar por temperamento y porque está para los que la necesiten. “Creo que en lo que soy referente en decir: ‘No es que si no sos olímpica no servís o no tenés el poder o el nivel’. Y me parece que eso viene de muchas otras cosas”.
Macarena Ceballos hizo en esta, su primera final en los Juegos Panamericanos, los 100 pecho, un tiempo de 1:07:68 minuto, ubicándose sólo por detrás de las canadienses Rachel Nicol (1:07:28) y Sophie Angus (1:07:55). Después completó la posta argentina. Descansará este domingo y volverá al agua el lunes: todavía le quedan por delante los compromisos en 200 pecho, 4×100 combinados y 4×100 mixtos. Es de las que asumen más pruebas. Por presente y convicción. Y porque la realidad es mejor cuatro años después de Lima. Santiago 2023 se mira con otro prisma.