El cubano Javier Sotomayor, multirecordista mundial de salto alto, celebra hoy lunes los 35 años de haber alcanzado la marca bajo techo de 2,43 metros, una de las cotas más antiguas vigentes en el atletismo.
Sotomayor, considerado como el gran referente del atletismo cubano, logró el récord mundial de 2,43 metros en pista cubierta el 4 de marzo de 1989, en el Mundial de Budapest, Hungría.
Con ese salto, además se convirtió en el primer latinoamericano en alcanzar una medalla de oro en ese tipo de prueba, dominada de manera casi sistemática por europeos y estadounidenses.
Cuatro años más tarde, el 27 de julio de 1993, el cubano consiguió también el récord mundial al aire libre, todavía también vigente, al saltar 2,45 metros, en Salamanca, España.
“Todos los récords, por muy difíciles que sean, están para batirse”, dijo el exsaltador, de 56 años, a la publicación digital Olympics hace unos meses.
Los récords del cubano no se ven amenazados ni siquiera por los dos mejores saltadores de la actualidad, el italiano Gianmarco Tamberi y el catarí Mutaz Essa Barshim, quienes protagonizaron una extraña final en la Olimpiada de Tokio.
Los dos saltadores, que son grandes amigos, llegaron a la final igualados con 2,37 metros y decidieron no ir al desempate para subir juntos a lo más alto del podio.
No obstante, el cubano no se aventuró a dar a uno u otro como favorito para implantar un nuevo récord mundial, aunque los consideró como los dos saltadores “más estables que han existido en estos últimos 10 años”.
El llamado Príncipe de las alturas ahora está muy contento con el desempeño de su hijo Jaxier Sotomayor, quien este domingo logró una nueva marca personal al sobrepasar la varilla a 2,01 metros en el Campeonato de Madrid Absoluto de Clubes.
No obstante, Sotomayor Jr, de 16 años y residente en España, está aún muy lejos de lo alcanzado por su padre, quien con esa edad implantó la marca mundial juvenil, aún vigente, de 2,33.
“Todavía le falta mucho. Creo que puede evolucionar mucho más porque creo que tiene mucho talento”, evaluó el orgulloso padre, quien reconoció que al hijo “le falta un poco de técnica”.
Sotomayor aseguró que en casa es más padre que entrenador, aunque cuando están juntos en las pistas, es “más entrenador que padre”.
Ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992) y de la plata en Sidney (2000) y poseedor de seis títulos mundiales, además de cinco plusmarcas del orbe, Sotomayor se retiró del deporte activo en 2001.
Terminada su carrera deportiva, concluyó sus estudios en la Universidad de La Habana como Licenciado en Cultura Física, grado que le ha permitido entrenar a los atletas de su país.
Además, ha ostentado los cargos de presidente de la Subcomisión de Atención a los Atletas y el de miembro del Comité de la Federación Cubana de Atletismo.
En el año 2007 ingresó al Salón de la Fama de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo y en el 2011 fue reconocido con el premio Deporte inspiración para la juventud por parte del Comité Olímpico Internacional.
En 1993 fue galardonado por el Premio Príncipe de Asturias en la categoría de Deportes.