La lucha contra el cambio climático ha sido uno de los temas principales en la Semana del Clima de Nueva York y en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU). Ambos eventos se han centrado en generar propuestas para la próxima Conferencia de las Partes (COP29), que reunirá a líderes mundiales en Bakú (Azerbaiyán) en noviembre de 2024.
Bajo el lema “Ha llegado la hora”, la Semana del Clima 2024, organizada por la ONG Climate Group, aboga por una transición justa que asegure que los beneficios de la acción climática se distribuyan de manera equitativa.
El costo de la inacción climática
Durante las reuniones en Nueva York, se instó a las grandes corporaciones a equilibrar los beneficios económicos a corto plazo con la sostenibilidad a largo plazo. Según los oradores, el costo social de la inacción climática debe guiar las regulaciones gubernamentales.
Celeste Saulo, Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), destacó: “Dos tercios de los trabajadores están afectados por el calor extremo, lo que conlleva costos significativos”. Añadió que es vital traducir las cifras científicas en impactos sociales para convencer a todas las partes interesadas de que la inacción tendrá un precio demasiado alto.
Incentivos y marcos regulatorios
Programas como el Pacto Verde de la Unión Europea y la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Estados Unidos han sido pasos importantes. John Podesta, asesor de Política Climática Internacional del presidente de EE.UU., señaló que desde la implementación de la IRA se han creado más de 330,000 empleos en el sector de las energías limpias. Sin embargo, las empresas necesitan coherencia en las políticas para hacer inversiones a largo plazo, indicó Will Jackson-Moore, de PwC.
Financiación de pérdidas y daños para los países en desarrollo
Los países en desarrollo, que menos contribuyen al cambio climático, son los más perjudicados. Los ponentes en la Semana del Clima subrayaron la urgencia de priorizar fondos para pérdidas y daños. Leo Pinder, fiscal general de Bahamas, criticó la falta de financiación en este ámbito, proponiendo acciones legales internacionales para exigir responsabilidad a los Estados que perpetúan la crisis climática.
Por su parte, el senador Brian Schatz de Hawái insistió en que los fondos deben ser gestionados directamente por las comunidades afectadas, en lugar de ser canalizados a través de terceros.
¿Deben las empresas de combustibles fósiles pagar por los daños climáticos?
Una solución para financiar las pérdidas y la transición ecológica es aplicar el principio de “quien contamina paga”. Laurence Breton, directora de la Fundación Europea del Clima, destacó que las subvenciones anuales a las empresas de combustibles fósiles alcanzan los 7 billones de dólares, suficientes para cubrir las necesidades de inversión climática de los países en desarrollo durante tres años.
Mike Hayes, de KPMG, sugirió que el debate debe centrarse en incrementar las energías renovables en lugar de simplemente reducir los combustibles fósiles, promoviendo la colaboración entre el sector público y privado para gestionar la transición energética.
El papel de la inteligencia artificial y la tecnología
La tecnología también fue un tema clave. Aunque la inteligencia artificial (IA) no es la “solución mágica”, puede ayudar en la selección de emplazamientos y opciones renovables, como explicó Patricia Scotland, secretaria general de la Commonwealth, quien destacó cómo la IA ayudó a agilizar la aprobación de proyectos en Fiyi.
La IA también puede ser crucial en la medición del impacto ambiental. Blair Swedeen, de Meta, mencionó cómo su modelo de IA puede medir la altura de árboles, validando proyectos de reforestación y créditos de carbono. Asimismo, la IA podría reducir la huella de carbono en la fabricación, como explicó Melissa Schoeb de Nokia, quien señaló que la digitalización aumentó la producción sin incrementar el consumo de energía.
Finalmente, Mark Patel, de McKinsey, afirmó que la expansión de tecnologías climáticas reducirá significativamente los costos, facilitando una transición más asequible y rápida.