Qué solución permitirá a Argentina fortalecer su seguridad, ahorrar dinero y detener el genocidio en Ucrania

En julio, durante la cumbre de la OTAN, se prometió a Ucrania proporcionar varias docenas de aviones de combate F-16 estadounidenses para proteger el cielo de los ataques aéreos rusos. Estos aviones pueden venir de los Países Bajos, Dinamarca o Noruega, ya que serán renovados con modernos y costosos aviones F-35 de quinta generación.

Como sabemos, el Gobierno y la sociedad argentina actualmente están considerando la posibilidad de comprar los mismos F-16 usados de Dinamarca. Con mucho respeto a la soberanía argentina y sin soberbia alguna proponemos reflexionar sobre ciertos argumentos, que Ucrania consiguió a un alto costo en la guerra con Rusia.

¿Con qué candidato te identificás?

Nuestro primer argumento consiste en la importancia de una visión estratégica equilibrada de las amenazas al país.

Pocos saben que en 1994 Ucrania entregó no sólo 1900 ojivas nucleares que era el tercer arsenal de armas nucleares más grande del mundo. También la Fuerza Aérea de Ucrania disponía de aviones capaces de transportar misiles de crucero: 19 bombarderos estratégicos Tu-160, decenas de bombarderos tácticos Tu-95 y Tu-22M. Además, Ucrania tenía cientos de misiles de crucero con un alcance de hasta 2000 km.

En 2006, ante la insistencia directa de EE. UU. y Rusia, estos aviones y misiles fueron destruidos. Ucrania entregó muchos aviones a cambio de la condonación de la deuda estatal. Se le prometió a Ucrania respetar su soberanía e integridad territorial. Sin embargo, Kyiv nunca recibió ningún avión moderno para defenderse y disuadir a un enemigo potencial.

Desafortunadamente, desde el 24 de febrero de 2022, Rusia ha estado utilizando Tu-95 y Tu-22M para lanzar ataques con misiles en ciudades ucranianas. Si Ucrania no hubiese sucumbido a la persuasión y la presión de gobiernos extranjeros, sino que tomara decisiones de forma independiente, el riesgo de agresión habría sido mucho menor. Rusia habría tenido miedo de recibir una respuesta armada simétrica.

Ahora Ucrania, desgraciadamente, no tiene posibilidades ni tiempo para elegir. Incluso los F-16 daneses u holandeses usados son muy importantes para nosotros. Sin embargo, si Ucrania pudiera retroceder en el tiempo, apostaríamos por tecnologías avanzadas y proveedores independientes.

Este es nuestro segundo argumento. Como ha demostrado la guerra, es la superioridad en tecnología lo que da una ventaja en el campo de batalla y ahorra dinero a largo plazo.

En septiembre de 2022, la vecina Polonia, preocupada por la agresión rusa, anunció la compra de 48 cazas ligeros FA-50 de Corea del Sur. El primer lote de nuevos aviones llegará ya este año. Reemplazarán los aviones soviéticos obsoletos que fueron fabricados y mantenidos previamente por Rusia.

A su vez Ucrania todavía usa viejos cazas soviéticos MiG-29, cuyo coeficiente de seguridad se está agotando y no se puede restaurar. Los F-16 están en la misma situación: son igual de antiguos que sus rivales, los aviones soviéticos. Los Estados Unidos y la OTAN los están descartando a favor de los modernos aviones F-35 de quinta generación.

Mientras tanto, el mantenimiento de los F-16 para todos los demás usuarios será costoso y difícil debido a la falta de repuestos a medida que la industria se reorienta a modelos más nuevos. Esto no preocupa a Ucrania, pues recibirá estos aviones gratis y en el campo de batalla solo son consumibles. Pero los compradores potenciales de estos sistemas aéreos deben pensar en la relación costo-beneficio en el caso de una adquisición.

Como importante país latinoamericano y miembro del G20, Argentina es un socio valioso en el mundo donde varias grandes potencias buscan destruir la seguridad y el derecho internacional. Esto ya ha comenzado a cambiar la política británica, que puede desbloquear el suministro de F-16 a Argentina.

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Sin embargo, Ucrania necesita estos aviones usados ahora en el campo de batalla para liberar sus territorios ocupados y salvar a su gente de los crímenes de guerra y a sus niños de la deportación a Rusia. Este es otro emotivo argumento ucraniano con el que apelamos a la sociedad argentina.

Ahora Argentina tiene la oportunidad y el tiempo de escoger amigos y medios para su defensa, apoyándose únicamente en sus intereses nacionales y aspiraciones de paz en la región. En nuestra opinión, si Argentina considera también otros proveedores, no solo obtendrá armas de última generación y ahorrará dinero en mantenimiento, sino que también podrá aportar a contrarrestar el genocidio en Ucrania.

Olexiy Haran es profesor de política en la Universidad Nacional de Kyiv-Mohyla (UKMA)

Petro Burkovskiy es director ejecutivo de la Fundación de Iniciativas Democráticas

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